sábado, 29 de diciembre de 2012
Madrastra
Y, por supuesto, todos conocen a la madrastra. La Malvada Madrastra, para la mayoría de vosotros. La Fea del Espejo, para otros.
Pues bien, esta madrastra se dirige hoy a vosotros para contaros que quizá la historia no es tal y como vosotros la conocéis, y que puede que el punto de vista cambie mucho la historia.
Según todos creen, me casé con el padre de la bella princesita para vivir de él en esa especie de mansión/palacio que todos conocemos.Pensadlo. Si me hubiera casado con un hombre lo suficientemente rico para tener un palacio, ¿no me habría sido mucho más cómodo contratar a un servicio antes que tener a la hija de ese hombre limpiando?
No, mis animalitos. El pobre hombre (James que se llamaba) era un viudo caído en la miseria, sin un duro, sin trabajo ni oficio conocidos, que una vez muerta su mujer no tenía a nadie a quien chupar la sangre. Cierto es que me enamoré de él, pero en mi defensa argumentaré que fui engatusada por su labia y su forma de mirarme. Por desgracia, cuando nos mudamos la cosa cambió mucho. Esos piropos y miradas lascivas que me propiciaba se convirtieron bien pronto en golpes y gritos, en moratones con mi nombre.
Es cierto que me cansé, que quise devolverle todo el daño que me había hecho y me seguía haciendo. Y lo pagué con su hija. Pero, no nos engañemos, la niña no era ni de lejos como pinta la historia. Cambiad la piel blanca por unas manchas algo incómodas de mirar, como si fuera un pálido leopardo con anatomía humana. Trucad los carnosos labios en delgadas lineas siempre apretadas en una mueca de disgusto por y para todo. Y ahí la tenéis. La hermosa Blancanieves de la que habéis pasado media infancia enamorados, a quien gustabais imitar cuando erais más niñas, no es más que una niña fea y consentida que no es capaz de hacer la O con un canuto. La pobre niña hacía de su vida un mundo, de cumplir con las mismas labores con las que yo cumplía una desgracia permanente.
Pero el servicio (que al igual que todo, debemos rebajar a unos niveles bastante más pobres que los de la historia que conocemos) no era más que un ingenuo porquerizo que dejó escapar a la niña a cambio de no sé qué favores que tampoco quiero investigar. Claro que me enteré de que no había cumplido la tarea. Claro que la busqué. Pero no vivía con unos enanos mineros como creeis, sino que la encontré en una cueva intentando sin éxito hacer fuego para espantar a los lobos que ya se peleaban por sus casi inexistentes carnes. Al final no la maté. La dejé a merced de los lobos que, igualmente, acabaron por matarla.
Vale, podría decirse que la maté. Tampoco nadie la iba a echar de menos. Bueno, a excepción de ese príncipe que ¡Oh, Dios mío! ¿Olvidé decir que no existe tal príncipe? Espero que a estas alturas al menos lo hubieseis intuido. Alguien decidió darle un final feliz a la historia, no pasó más. Blancanieves (cuyo nombre real podéis imaginar era otro bien distinto) murió en el bosque, rodeada por los lobos que más tarde se pelearían por roer sus huesos.
Al menos ella murió. Cuando James se enteró por el porquerizo de mis planes para con su hija mis problemas fueron peores que los suyos. Las peleas se convirtieron en algo diario y el color de mi piel acabó mutando de un saludable rosado a un triste malva. Y nunca acababa. Al final él murió antes que yo, habiéndose gastado casi toda mi fortuna en Dios sabe qué negocios que nunca vieron la luz, habiendo acabado con mi salud mental para siempre y habiendo hecho de mí una completa desgraciada. Y yo me pasé media vida deseando haber sido ella, deseando haber muerto libre en el bosque en lugar de haber vivido junto a su padre aquel desastre de vida.
Sólo quiero demostrar que las historias más populares no son siempre las reales, que dependiendo del punto de vista todo puede ser muy diferente. Y que los cuentos son siempre más bonitos que las historias reales pero que desgraciadamente son lo menos frecuente.
martes, 6 de noviembre de 2012
Hoy me acordé de ti.
Sólo quería saludarte, saber qué es de tu vida, qué haces con tu tiempo, si sigues riendo y llorando como antes.Yo sigo bien, con mis problemas, mis líos tontos, mis sonrisas intensas y mis problemas fugaces.
Hoy me acordé de ti, hoy volví a oir tu voz y tu respiración agitada, volví a recordar cuando me querías y yo no sabía como darte lo que no podía darme ni a mí misma.Y quise hablarte. Y, como acordamos, no te encontré por más que quise buscarte.
Espero que todo vaya bien, que hayas vuelto a ser feliz. Seguro que ya hay otra que se atreva a calentar tu cama como yo nunca pude hacerlo, seguro que ahora es otra persona quien te insulta y te dice te quiero, quien comparte contigo hasta el último segundo de su vida. Seguro que le gusta, como me gustaba a mí.
Espero también que cambiasen las cosas, que fortuna pasara cerca de tu vida, que el trabajo, el dinero, la salud, sean más propicios de lo que auguraba tu entorno. Espero que los astros jugasen de tu parte, espero que seas feliz.
Pero hoy vengo a darte las gracias, aunque no lo parezca, por haberte ido. Porque, a pesar de cuánto te echo de menos, sé que estoy mejor así. Sé que he avanzado mucho desde que no te encuentro, sé que contamos más separados que juntos. A día de hoy, si bien no todo es como yo quisiera, ni como ambos esperábamos que fuese, si es mejor de lo que nunca ha sido. O quizá soy yo, que estoy cambiando.
Quizá la presión no fuera sólo de mi entorno, quizá también tú aportases tu granito de arena.Quizá fuera yo que me sentía culpable por hacerte daño, quizá tú que no entendías mi complicada forma de ser. Como fuera, ya no importa, todo ha acabado.
Y como hoy te eché de menos, empecé a pensar en todo esto. Comencé a oir las distintas voces de mi conciencia, que llevaban tiempo invitándome a pensar en ti aunque mi cabeza intentara expulsarte llenándose de otras cosas.
Hoy me senté a dialogar con mis ideas, tomé un café con mis recuerdos y tendí la mano a los rencores que tenía contra mí misma por lo que te hice. Porque lo hice mal.
Quizá si yo fuera diferente, hubiéramos llegado a otro puerto. Pero cariño, soy a la vez olas y pasajero en este bote a la deriva, y lo mismo me quejo de las circustancias que las desencadeno. Hoy por hoy no me arrepiento de lo que hice, aunque sí de la forma en que lo hice. De cualquier manera, es tarde para volver atrás, pronto todo esto quedará en el olvido.
Sólo quería decirte que hoy me acordé de ti, y que fue bonito escuchar tu voz. Pero fue más bonito aún caer en la cuenta de que no voy a volver a escucharla, porque ya no eres parte de mi vida, porque he aprendido a ser feliz sin que seas mi salvavidas. He aprendido a nadar en mis propias olas, ya no me importa caerme del bote.
Espero, eso sí, que tú hayas llegado al puerto sano y salvo, sin más daño que un simple arañazo que sanará en poco tiempo. Y, ante todo, espero que seas feliz sin mí, como yo lo soy sin ti.
Hasta siempre,
La nunca más musa de tu simpatía.
viernes, 7 de septiembre de 2012
No sé si la palabra es hipotético o deseado.
Aquella habitación, el rastro de sangre en las paredes, el olor a muerte. El resto de un aliento en el aire, de su último aliento, y un cuerpo sin vida en el suelo. Pero no un cuerpo cualquiera, sino su cuerpo.
A su mente venían ráfagas de imágenes intermitentes, como una película vieja que funcionara a ratos. Habían quedado y esa tarde ella había propuesto ir a un sitio distinto ("Haremos algo especial", había añadido con esa sonrisa tan característica suya), a una casa en medio de ninguna parte y que la chica había visitado con anterioridad. El chico accedió con una sonrisa de suficiencia, seguía creyendo que era él quien llevaba el control. Otro fogonazo. Él estaba atado a una silla mientras ella asestaba puñaladas mortales en su pecho con una fuerza que ni ella misma esperaba tener, sintiendo cómo el cuchillo desgarraba la piel, se acercaba a los órganos y los atravesaba con una sensación a la vez deliciosa y malvada, como de estar haciendo algo sumamente placentero que lo es más por el hecho de estar prohibido. Salpicaba las paredes de sangre, formando extrañas y aterradoras formas en el color sucio de una pared desgastado por el tiempo, con una banda sonora formada por los gritos de él y las risas de ella, la risa nerviosa de quien sabe que está haciendo algo mal, la risa frenética de quien se siente liberada, la risa inocente de una niña que no repara en las consecuencias de sus actos y sólo busca una nueva forma de diversión.
Y ahora lo veía ahí, tumbado en el suelo. Casi podría decirse que dormía si no fuera por el charco oscuro que formaba la sangre alrededor de su cuerpo inerte y esa herida tan grande y fea en el torso.
Oía una voz en su cabeza, su voz, diciéndole una y otra vez que la amaba, que la necesitaba, que sería suyo para siempre. Recordaba su respiración agitada aquella vez que lloraba y le pedía perdón por haberla perdido sin darse cuenta, cuando le repetía incansablemente lo importante que era para él. Y volvió a mirar el cadáver, pero esta vez con una visión completamente distinta.
Lo miro a la cara, recordando cuando cada noche soñaba con besarla, y volvió a imaginarse haciéndolo. Bajó su mano por el fuerte pecho, por su suave estómago, acariciándolo con dulzura una y otra vez. Como siempre, sus sueños le vinieron de repente, aunque esta vez les acompañaba su voz riendo con ella, gimiendo en su oído, susurrándole entre caricias y recordándole su amor, tal y como siempre lo hacía.
-¿Qué he hecho?- Pensaba una y otra vez, notando cómo los ojos se le empañaban poco a poco.
Miró de nuevo al chico al que, ahora se daba cuenta, seguía amando a pesar de todo el daño que le había causado. Fijó la vista en su cara y en su pecho, inertes ahora que ella había decidido llevar la locura de su amor al extremo del asesinato.
-¿Qué he hecho?- Se volvía a repetir mientras las lágrimas resbalaban por su cara como un río desbocado de aguas interminables.
Con un grito se desplomó junto al cadáver besándolo, mezclando sus lágrimas con la sangre aún caliente de aquel ser que seguía siendo el centro de su vida, lo más importante, su razón para seguir adelante, y a quien había arrebatado la existencia. Se acercó a sus dulces labios y los besó, susurrando su nombre, llorándole en silencio, implorando que reaccionase de una u otra forma y sintiendo cómo algo se rompía en su interior. Ahora lo sabía, lo amaba como nunca había amado a nadie, y no lo supo ver hasta que no fue demasiado tarde. Sin él, ahora lo entendía, no habría nada.
Ahora su llanto no era quedo, sino que los gritos de angustia se mezclaban confusamente en su cabeza con las lágrimas, los recuerdos y ese dolor sordo que le partía el pecho por la mitad y que era peor que cualquier sufrimiento que nunca hubiese sido capaz de imaginar.
Poco a poco su llanto se fue extinguiendo y la chica se vio capaz de levantarse, agarrándose el pecho, abrazándose a sí misma, pues sentía que en su interior algo se había destrozado por completo y dañado sin que hubiera manera alguna de arreglarlo. Lentamente y sin prisas, pues nada importaba ya, cogió del suelo el cuchillo, el único culpable y testigo que quedaría de todo lo sucedido en aquella habitación. Al mirarlo, vio también sus manos empapadas en sangre, igual que su ropa y, supuso, su cara. Miró el cuerpo sin vida una vez más y hundió el arma dentro suya, dejando que arrasara con todo lo que encontrara a su paso. Sonrió una vez más antes de cerrar los ojos y dejar que la muerte la arrastrara dulcemente hasta su acogedora morada, pronunciando unas palabras de amor que nadie escucharía.
Fue lo último que pudo llegar a pensar. Después, una ingente cantidad de sensaciones nuevas la invadió para anunciarle el fin. Sintió que su vista se difuminaba, que el tacto disminuía conforme iban disminuyendo los latidos del corazón, que previamente hubo cabalgado como un caballo salvaje sin rumbo ni jinete. La lengua se le pegaba al velo del paladar sin que fuese capaz de separarla y sintió que los oídos primero le pitaban muy fuerte para después someterse al más largo y terroríficamente relajante silencio.
Silencio, sólo silencio.
viernes, 6 de julio de 2012
sábado, 23 de junio de 2012
Mindbrain (I)
Finalmente montó la última pieza y respiró hondo. Se levantó lentamente, estiró los miembros y se quitó un bolígrafo que usaba para sujetar el pelo, un gesto fácil y rápido que aprendió en sus años de estudio. A su espalda cayó una melena larga y negra. Sonriendo cogió uno de los mechones entre los dedos y lo observó. En realidad ese no era su color natural, pero siempre le había gustado y le ayudaba a mantener una imagen que ella misma había creado.
Avanzó hacia la nevera y la abrió, mostrando agua, golosinas y alguna que otra verdura. Cogió algo al azar y se lo echó a la boca, bebió agua y se encaminó de nuevo a la habitación contigua, que hacía las veces de salón, comedor y dormitorio. El apartamento, de menos de cincuenta metros cuadrados, tampoco daba para más.
Aún así, era todo lo que siempre había deseado tener. Desde que tenía uso de razón había querido salir de casa, alejarse de todo y hacer una vida por sí misma, empezando desde cero y sin mirar atrás. Algunos lo llamaron miedo, huida...Pero no importaban ellos ni lo que pensaran, esa era su vida, tal y como ella la había formado, y no había vuelta atrás. "Eso es, ésa es la primera regla", se dijo a sí misma, "no hay vuelta atrás. Pase lo que pase, hagas lo que hagas, no vuelvas la cabeza atrás, no pienses más en ello. Tanto si lo haces bien como si lo haces mal tendrá sus consecuencias, pero no tiene sentido mirar al pasado y preguntarte "¿Qué hubiera pasado si?", porque en la vida no existen los condicionales ni las segundas oportunidades."
Parpadeó mientras volvía a centrar la mirada. Le pasaba siempre que pensaba en un momento de calma, se quedaba mirando al infinito, se le dilataban las pupilas y los ojos adoptaban una expresión de sorpresa. Sin embargo, en los momentos de acción la cosa se volvía bastante diferente. Sacudió la cabeza intentando no volver a distraerse en sus pensamientos
Fue entonces cuando escuchó por primera vez el timbre del teléfono, que debía llevar un buen rato sonando. No tardó en encontrarlo en el perfecto orden de su única habitación y descolgó con una sola palabra:
-Mindbrain.
sábado, 2 de junio de 2012
Vacío.
Duele ver mal a alguien que quieres, duele saber que algo ocurre y que no puedes ayudarle, porque no sabes siquiera si el problema eres tú. Duele que el día a día no cambie, que te cansen con ese algo que nunca has llegado a entender del todo. Duele la distancia, duele no poder tener a quien queremos y nos quiere aquí al lado, no poder abrazarlo y besarlo tanto como nos gustaría.
Sin embargo, el dolor no es malo. El dolor nos hace sentir que estamos vivos. Aunque no sea bueno, el dolor es un sentimiento, una muestra de que seguimos respirando. Lo peor es el vacío.
El vacío es levantarte y no ser capaz de sentir nada en el pecho. Es comer por costumbre, sonreír por no hacer sentir mal a la otra persona. El vacío es no llorar, porque nada te duele, porque nada te afecta. Pero tampoco nada te alegra. Es vivir en un limbo dentro de tu propio cuerpo, es ser una sombra andante, es no sentir. El vacío es un dolor que llegó al tope y nos comió por dentro, es el letargo y la falta de expectativas que se comió nuestros sueños. Es rajarte para ver tu sangre y comprobar que sigues vivo, porque realmente no lo sabes, quizá ni siquiera lo estés.
Da miedo. El vacío da miedo. Porque no es algo externo que puedas evitar, es algo que está dentro tuyo, algo de lo que no puedes huir, porque no sabes siquiera cómo ha llegado allí. Y si, como yo, eres aún una niña pequeña a la que se le da bien huir de sus miedos, esta sensación es la peor de todas, es el miedo del que no se puede esconder, porque el fantasma eres tú mismo.
Por eso yo no temo la aventura (aunque salga mal), no temo el dolor, no temo el llanto. Porque mientras sufres estás vivo, El problema viene cuando no lo estás.
domingo, 27 de mayo de 2012
Despedidas.
domingo, 22 de abril de 2012
Animales.
lunes, 9 de abril de 2012
Una sonrisa.
domingo, 18 de marzo de 2012
Pero ahora que estoy aquí, ya respondo a las preguntas a las que he sido nominada por Marisa :
1-¿Qué momento de tu vida te trae mejores recuerdos?
Depende de qué tipo de recuerdos hablemos. Están los momentos reales, y la ficción. De los reales guardo, al menos de momento, como ejemplo el último 16 de Marzo, antes de ayer, el día de mi cumpleaños que pasé con la gente que realmente quiero ( Marisa ,Gaucho y Alberto).. De los ficticios guardo los momentos con esa familia que no considero tal, y que prefiero sinceramente olvidar.
2-¿Qué sentimiento es el que más me gusta?
Tengo que copiar a Marisa, y por tanto a MaJmá, es el amor. En todas sus formas de expresión: amistad, cariño, familiaridad, amor del de verdad...
3-¿Cómo te imaginas dentro de 20 años?
En un país muy lejano, de cuyo nombre no pueda acordarme. Me gusta pensar que seré feliz, y hay gente a la que le gusta pensar que tendré la familia que hoy día tengo como imposible. Ojalá todos tengamos razón.
4-¿Hay algún personaje ficticio (televisivo, literario...) con el que te identifiques?
Realmente no. Soy demasiado complicada y a la vez absurda, soy demasiado Carmen como para parecerme a alguien más.
5-¿Cuál es tu verdadera vocación (en lo que a estudios se refiere)?
Quiero ser médico. Quiero ayudar, quiero ser útil. Quiero ver un humano por dentro y saber qué pasa en cada una de sus células. Y realmente ahora mismo es lo único que quiero hacer, cuando no me de la nota de selectividad ya veremos.
6-¿Qué cosas te llevarías a una isla y por qué?
Mi móvil, e internet. Lo cierto es que también me gustaría llevarme a la gente que quiero, pero no estaría bien atarlos a mí, así que me los dejaría.
7-Dime qué deseo te gustaría que se cumpliese, y por qué.
De momento tengo más de lo que pueda pedir.
8-Cómo reaccionarías si tu mejor amigo/a te hiciese una jugarreta.
No pasaría nada, I swear.
9-¿Alguna vez te has sentido avergonzado por algo?
A menudo. Demasiado a menudo.
10-Si te dijeran que vas a morir mañana, ¿qué harías esta noche?
Practicar el coito repetidas veces.
11-¿Crees que nuestro destino está escrito o crees en el azar?
El destino lo escribe uno mismo, y es eso lo que más nos hace seguir hacia adelante.
martes, 6 de marzo de 2012
Un "gracias" escondido.
Esa gente que, pase lo que pase, vaya como vaya tu día siempre está ahí, esperando con una sonrisa (o quizá una lágrima) esperando a que aparezcas. Esa gente que escucha tus alegrías, tus penas, tus miedos escondidos y tus chistes con efecto soporífero. Por esa gente que, en definitiva, permanece a tu lado cuando los necesitas. Porque a los amigos no sólo los necesitas en los baches, los necesitas también en tus alegrías, para compartir con ellos esa felicidad de la que disfrutas y que sabes, en parte, que les debes.
Esas personas que todos tenemos, aunque a veces nos veamos tan hundidos que no lo queramos admitir. Esas personas que pueden vivir al lado tuya, o quizá en la otra punta del planeta. Pero, en definitiva, alguien con quien puedes contar.
Es bonito levantarse un día y mirar atrás, ver todos aquellos bajones bajo una nueva luz, ver aquellos instantes en los que creiste estar sola y saber que nunca volverá a ser así. Porque les tienes a ellos, porque ellos son la luz que se ve al alzar la cabeza, por mucho que te hayas adentrado en el pozo. Esas personas (o esa, en realidad con una ya es suficiente) que se niegan a aceptar que les des las gracias, que entienden y atesoran cada una de tus muestras de cariño por muy extrañas que sean. Gente que merece la pena, gente difícil de encontrar y gente a la que sin duda quieres mantener en tu vida.
Y ésta, porque no se me ocurre otra, es mi forma de darles las gracias por estar ahí, por ayudarme a levantarme cada vez que caigo, por avisarme y aconsejarme un descanso cuando ven que me flaquean las piernas. Por mis tres amigos, por quererme y apreciarme tal y como soy. Por saber ver en mí lo que los demás muchas veces negamos y no inventar virtudes como excusa para su cariño. Por conocer mis defectos y no sentirse mal ante ellos, por ayudarme a aprender de mis errores y por disfrutar conmigo cada una de mis carcajadas. Por todos esos "gracias" y "te quiero" que a veces me callo por miedo a ser pesada. Porque sin vosotros mi vida no sería igual, y lo sabéis.
Gracias por ser parte de mi vida, por haberme dado la oportunidad de conoceros y hacerme un huequecito en vuestro corazón.
Que os quiero es algo que os repito a diario, pero aún así, si no sois conscientes, lo hago y de veras.
Y a los que tengáis alguien como ellos un consejo, no los perdáis por una tontería, porque una amistad que valga la pena es algo muy difícil de conseguir, dadle valor al bien tan preciado que poseéis.
sábado, 4 de febrero de 2012
Cosas que pasan.
Y sin embargo has llegado hasta aquí, has visto su cara, has acariciado sus manos. Has soñado con sus besos y has sentido sus labios sobre los tuyos. Podría haber sido de mil maneras distintas, un sólo gesto o palabra podía haberlo torcido todo. Y sin embargo has llegado hasta aquí, has hecho mil avances aunque fueran a paso de tortuga.
Pero de repente algo cambia. Empiezas a pensar. Todos tus defectos vuelven a tu mente, destierran las virtudes de las que secretamente te enorgullecías y empiezas a preguntarte si algo ha fallado. Quizá esos besos no fueran ciertos, quizá lo que tu interpretaste como algo más no era más que una amistad sincera y valiosa.
El problema, como tú entendiste hace ya tiempo, es que tu no quieres su amistad, por muy bonita que pudiera ser. El problema es que tú necesitas otro tipo de cariño, otro tipo de caricias distintas a las que él quizá quiso prodigarte. El problema es que empezó por una tontería y al final esa persona te cala dentro, muy dentro, tan dentro que incluso lo necesitas.
Es entonces cuando te pones a pensar. Piensas qué pasaría si estuvierais juntos. Qué pasaría si lo dejases ir. Qué pasaría si, en vez de esperar la felicidad de todo el mundo, por una vez luchases por la tuya. Pero está en tu naturaleza, no puedes evitar ser así, prefieres ver sonreir a esa persona aunque sea a costa de tus lágrimas.
"Pero ya estoy cansada"dice una voz en tu mente "Yo tambien merezco ser feliz". Ya no sabes qué hacer, qué pensar. No sabes si callar o gritar al mundo entero lo que sientes. Y no lo sabrás nunca. Optarás por luchar o por dejarlo ir, y siempre te preguntarás qué habría pasado si hubieras elegido la otra opción.
Aun así no hay forma de cambiarlo, no hay nada que puedas hacer. Sólo te queda tirar hacia adelante, apechugar con lo que hiciste, pensando que, al fin y al cabo, son simplemente cosas que pasan.
martes, 3 de enero de 2012
#2
Sabia que lo que estaba a punto de hacer,lo que ya estaba haciendo,quiza no mereciera la pena,pero estaba dispuesta a hacer ese sacrificio para satisfacer su curiosidad,para hacerse un poco mas fuerte,quiza para demostrarle a el todo lo que podia hacer.Y el estaba alli a su lado,expectante.¿Qué pretendia?No volverian a hablar,no volveria a oir su voz,no podria compartir con ella los experimentos de tan arriesgada aventura.Y es que ese era el fin,y ambos lo sabian aunque trataran de ocultarlo con pequeños velos y verdades a medias.Querer saber lo que habia mas alla de la muerte solo llevaria a caer en ella,a ser parte de ella,a desligarse de ese mundo en el que ahora vivian aunque no quisiesen seguir...Por eso ella se habia adelantado,habia salido entre la multitud diciendo que ella llevaria a cabo la tarea,que haria lo que nadie osaba intentar,ya que ¿que podia ella temer a la muerte,si la vida era mayor castigo del que pudiera pensar?
Fue entonces cuando lo conocio,cuando el tambien se adelanto y dijo que la ayudaria,que juntos desafiarian a la Parca,que llevarian a cabo el sueño de la humanidad desde tiempos inmemoriables.Ellos vencerian a la muerte y acabarian con su reinado,basado en el terror a lo desconocido,miedo a no saber que hay mas alla.Pero para ello,por supuesto,debian arriesgarse,uno de ellos deberia sacrificarse para ir mas allá.Ella fue la primera en adjudicarse ese honor,el honor segun ella de acabar con una vida de sufrimientos y penurias,el honor de aprender incluso cuando ya todo acaba.
Pero ahora,con el fin cerca,se daba cuenta de que nada de eso tenia sentido.No podria comunicarse con el,a pesar de la infinidad de medios que habian inventado para ello.Ahora que estaba de camino,ahora que sentia como sus sentidos se iban apagando,sabia que no habia tecnologia capaz de penetrar en esa niebla,barco capaz de adentrarse en ese mar que la absorvia y se apoderaba de todo su ser.
Ahora sabia que aquello era para siempre,que por mucho que quisiese nunca podria volver atras,por mucho que estudiasen no podrian revertir aquello...porque la muerte era la base de su humanidad,era lo unico que les prohibia llegar a los maximos niveles de arrogancia.Ahora sabia que no volveria a ver la luz del sol,que se acabaria una vida resignada al sufrimiento,que no volveria la humillacion ,que el dolor pasaria a formar parte de la Historia,de una historia pasada que nunca volveria.Pero tambien sabia que no volverian los buenos momentos,escasos si,pero irrepetibles.Pequeñas sonrisas que sin querer se escapaban por la comisura de unos labios comidos por las lagrimas,mordidos por los labios sedientos de la mutilacion.En realidad,de repente lo supo,siempre habia tenido el miedo de acabar con su vida antes de haber conocido la verdadera felicidad,;y ahora,mientras una parte de su cerebro le decia que nunca la habria conocido,la otra la regañaba por no haberlo intentado.Pero ya es tarde,decia una tercera opinion,ya estamos llegando,ya no hay vuelta atras.
Fue entonces cuando las otras dos partes de su cerebro reaccionaron,chillaron,gritaron,intentaron zafarse de la trampa que ellas mismas se habian puesto,intentaron escapar...sin sentido,por supuesto.Como esa voz sabia le decia,estaban llegando....ya los sentidos no formaban parte de ella,su mente solo era oscuridad,voces apenas audibles...y esa luz que poco a poco se iba acercando hasta que,con un fogonazo final,lo acabo todo.
lunes, 2 de enero de 2012
Lluvia.
domingo, 1 de enero de 2012
Cuando piensas en voz alta delante de un folio en blanco
Pero ya basta de caer,parece que el pozo sí que tenía fondo.Ahora levántate,usa tus piernas aunque no te aguanten y corre,corre cuanto puedas,pues el dolor te persigue y has de ser más rápida que él.Mala suerte,te alcanza,cada vez está mas cerca.Y ya no sabes qué harás cuando te alcance,porque esta vez ya no habrá otra oportunidad.
Así que ahora no corras,sigue andando.Camina como si todo fuera bien,como si en tu corazón hubiese algo más que vacío y soledad.Aparenta estar bien y así,con bastante suerte,quizá llegue un día en el que olvides lo mal que está todo y puedas volver a empezar.Quizás un día seas capaz de acostumbrarte al dolor,como algunos dicen saber hacer.Ahora,anda.Cubre tus lágrimas con besos inventados,ama tu piel como si alguien lo hiciera por ti.Oculta esos tristes versos que manan de tus labios doloridos y cámbialos por alegres canciones con un trasfondo de muerte sin piedad.
Hazte al mundo,niña,y madura.Es hora de que aprendas que la vida no va a darte nada.Es hora de que aprendas que al mundo no le imporas,que en esta cuenta bancaria,si fueras un número serías rojo.Que para el resto de mortales,tu definición mas exacta es escoria,aquello que nunca debió existir.Y aprende,como debiste aprender hace tiempo,que si qiueres algo debes conseguirlo tú.Nunca confies en nadie pues en quien mas confies y en quien mas te apoyes puede abandonarte cuando mas lo necesitas.No dejes que nadie te vea llorar,pues así solo demostraras tu debilidad.Construyete un yelmo,que las facciones de hierro cubran tu rostro y muestres sólo aquello que tu quieras mostrar.Lucha por tí y por tu vida,porque sólo tienes una y no puedes gastarla llorando.