sábado, 4 de febrero de 2012

Cosas que pasan.

      Un día te pones a pensar en cierta persona. Te das cuenta de que no la conocías de nada, que todo pudo haber sido muy distinto. Piensas en todos los momentos que llevaron a la situación actual, en lo sencillo que fue y en lo distinto que podría haber sido si se hubiera cambiado un sólo detalle.
       Y sin embargo has llegado hasta aquí, has visto su cara, has acariciado sus manos. Has soñado con sus besos y has sentido sus labios sobre los tuyos. Podría haber sido de mil maneras distintas, un sólo gesto o palabra podía haberlo torcido todo. Y sin embargo has llegado hasta aquí, has hecho mil avances aunque fueran a paso de tortuga.
      Pero de repente algo cambia. Empiezas a pensar. Todos tus defectos vuelven a tu mente, destierran las virtudes de las que secretamente te enorgullecías y empiezas a preguntarte si algo ha fallado. Quizá esos besos no fueran ciertos, quizá lo que tu interpretaste como algo más no era más que una amistad sincera y valiosa.
     El problema, como tú entendiste hace ya tiempo, es que tu no quieres su amistad, por muy bonita que pudiera ser. El problema es que tú necesitas otro tipo de cariño, otro tipo de caricias distintas a las que él quizá quiso prodigarte. El problema es que empezó por una tontería y al final esa persona te cala dentro, muy dentro, tan dentro que incluso lo necesitas.
    Es entonces cuando te pones a pensar. Piensas qué pasaría si estuvierais juntos. Qué pasaría si lo dejases ir. Qué pasaría si, en vez de esperar la felicidad de todo el mundo, por una vez luchases por la tuya. Pero está en tu naturaleza, no puedes evitar ser así, prefieres ver sonreir a esa persona aunque sea a costa de tus lágrimas.
    "Pero ya estoy cansada"dice una voz en tu mente "Yo tambien merezco ser feliz". Ya no sabes qué hacer, qué pensar. No sabes si callar o gritar al mundo entero lo que sientes. Y no lo sabrás nunca. Optarás por luchar o por dejarlo ir, y siempre te preguntarás qué habría pasado si hubieras elegido la otra opción.
     Aun así no hay forma de cambiarlo, no hay nada que puedas hacer. Sólo te queda tirar hacia adelante, apechugar con lo que hiciste, pensando que, al fin y al cabo, son simplemente cosas que pasan.